Mejorar la atención sanitaria mediante una mejor comunicación

Una comunicación eficaz puede aumentar la precisión del diagnóstico, mejorar la comprensión del paciente y su adherencia al tratamiento, y mejorar la experiencia de los servicios sanitarios y los resultados de salud.

La consulta médico-paciente es la base de las intervenciones sanitarias, independientemente de la edad del paciente. Establecer una relación de confianza con el niño y el adolescente mejora la transferencia de información e induce una mejor socialización hacia un papel de paciente autónomo activo con conocimientos sanitarios. Mejora el estado de salud del niño a través de la autodeterminación y la autoeficacia, lo que a su vez tiene un efecto positivo sobre la salud. Las habilidades de entrevista que proporcionan apoyo y ayuda para reconocer los problemas se asocian con una mayor satisfacción y una menor angustia para todas las personas implicadas.

Pero ¿hasta qué punto una comunicación excelente es capaz de acortar la duración del tratamiento y reducir el número de fármacos administrados? ¿Es posible reforzar la alfabetización sanitaria, disminuir la duración de la estancia hospitalaria y reducir las complicaciones de la atención? ¿Cómo pueden desarrollarse y armonizarse en los distintos países europeos la educación y la formación para mejorar la comunicación con niños y adolescentes?

Se puede entrenar a los niños para que desarrollen eficazmente su papel de socio sanitario; además, la formación pediátrica debe incluir explícitamente habilidades de comunicación. Las habilidades de comunicación eficaces pueden enseñarse y aprenderse con un mínimo de recursos adicionales. Incluso períodos cortos de formación pueden ser eficaces, mediante enfoques como la entrevista motivacional y la formación especializada en temas psicosociales.

Este artículo ofrece ayudas para evaluar la competencia comunicativa del niño o adolescente, así como su competencia para tomar decisiones, y ayuda a comprender conceptos de salud y enfermedad en función de su desarrollo cognitivo, emocional, social, psicológico y físico. Además, se ofrecen recursos para evaluar la competencia del pediatra.