Loes van Erp, antigua doctoranda del grupo Grootenhuis del Centro Princesa Máxima, examinó en varios estudios a (jóvenes) adultos supervivientes de cáncer infantil.

La conclusión del estudio es: Los jóvenes adultos supervivientes experimentan más síntomas y son potencialmente más vulnerables. Por lo tanto, necesitan una atención holística especializada de por vida.

En la fase de adulto joven cambian muchas cosas: las personas desarrollan su independencia y su identidad. La influencia de la salud es muy grande en una etapa tan crucial de la vida.