El cáncer tiene la mala costumbre de traer invitados no deseados. El dolor, la fatiga y la ansiedad son sólo algunos de ellos.
Pero la más insidiosa de estas intrusiones es la soledad.
El tipo de soledad que se cuela en la habitación cuando todo el mundo se va, que se sienta a tu lado cuando navegas por las redes sociales y ves a tus amigos vivir vidas aparentemente perfectas.
He aquí la buena noticia: Aunque el cáncer forme parte de tu historia, la soledad no tiene por qué serlo.
Analicemos por qué el cáncer y la soledad suelen ir de la mano y, lo que es más importante, qué se puede hacer al respecto.
1. La solitaria realidad de un diagnóstico
El cáncer puede aislar.
Las citas médicas inundan su calendario, y su vida social puede secarse de repente como un lago en una sequía.
Puede que los amigos no sepan qué decir o cómo actuar, y a veces desaparecen porque no pueden soportarlo (lo cual es una putada, lo sabemos).
2. Las redes sociales: Un arma de doble filo
Desplazándote por Instagram o Facebook, podrías pensar que eres el único que está lidiando con algo tan pesado.
Las redes sociales pueden ayudarte a sentirte conectado o hacerte sentir aún más solo. Utilízalo con prudencia.
Sigue cuentas que te animen y considera la posibilidad de unirte a comunidades en línea en las que puedas compartir, desahogarte y conectar con personas que realmente lo entienden: encuentra un auténtico apoyo contra el cáncer.
3. Fomentar los vínculos a pesar del cáncer
Una de las mejores formas de combatir la soledad es relacionarse con otras personas, ya sean familiares, viejos amigos o nuevos compañeros que conozca en las comunidades de supervivientes de cáncer en línea.
Gestos sencillos como enviar un mensaje de texto o hacer una llamada breve pueden marcar la diferencia.
Se necesita una aldea para tratar el cáncer, y tú puedes construir tu aldea, aunque sea en línea.
4. No pase por alto la ayuda profesional
No hay que avergonzarse de buscar ayuda profesional.
Los terapeutas y consejeros pueden ofrecerte mecanismos de afrontamiento adaptados a ti.
Pueden ayudar a gestionar el peso emocional del cáncer y la soledad que suele acompañarlo.
5. Redescubrirse a sí mismo
A veces, la mejor compañía que puedes tener eres tú mismo.
Tómese este tiempo para redescubrir sus gustos y aversiones, aficiones olvidadas e incluso alegrías sencillas como leer un buen libro o contemplar una puesta de sol.
6. Historias de la vida real: La conexión es posible
Numerosas personas han luchado con éxito contra el cáncer y la soledad.
Encontrará numerosas historias reales de personas que han luchado contra el cáncer.
Algunos incluso han hecho amistades para toda la vida con personas que conocieron durante el tratamiento.
La cuestión es que la conexión es posible, incluso cuando se trata de algo tan difícil como el cáncer.
7. Actívate, aunque sea un poco
Se ha demostrado que la actividad física mejora la salud y eleva el estado de ánimo (Mayo Clinic, 2021). Mantenerse activo puede cambiar las reglas del juego, ya sea dando un pequeño paseo, practicando yoga o cualquier otra forma de ejercicio que le guste y que su salud le permita.
Eres más fuerte de lo que crees
El cáncer es duro.
La soledad puede hacerlo aún más difícil.
Pero tú eres más fuerte que ambos.
Puedes darle la vuelta a la tortilla reconociendo el problema, buscando apoyo y tomando medidas para reconectar con los demás y contigo mismo. La soledad puede ser un huésped no invitado, pero no tienes por qué ofrecerle un sitio en tu mesa.
Si la soledad le pesa, recuerde que puede encontrar espíritus afines en nuestra comunidad en línea. Conéctese, comparta y encuentre el consuelo de las experiencias compartidas. Está a un solo clic.
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