Este estudio investiga la gravedad de las barreras a la participación en pacientes supervivientes de tumores pediátricos de fosa posterior (TFP) muchos años después del tratamiento. En el pasado, los estudios etiológicos sobre los resultados adversos se han centrado principalmente en los factores de riesgo patobiológicos. El presente análisis pretende investigar la importancia de las variables ambientales. Por término medio, 10 años después del diagnóstico, se indagó sobre las dificultades educativas y sociales de 42 pacientes supervivientes de TFP pediátrica (edad media 17 años) mediante un cuestionario autoconstruido siguiendo el Psychosocial Resource-Orientated Assessment (PREDI). Las barreras educativas o de participación social se definieron por las dificultades autoinformadas y/o informadas por el apoderado en la escuela o en las relaciones con los compañeros. En consecuencia, los niños y adolescentes se clasificaron en grupos de participación adecuada y limitada. Posteriormente, el estudio identificó posibles factores de riesgo patobiológicos (tipo de tratamiento, hidrocefalia, recaída del tumor, sexo, edad en el momento del diagnóstico, convulsiones y mutismo cerebeloso) y ambientales (educación de los padres y de la madre, hermanos, idioma principal, discrepancias entre los valores personales y ambientales, actividad física regular y espacio vital privado) e investigó si los pacientes con participación adecuada y limitada diferían en el número de factores de riesgo. Casi una década después del tratamiento, dos tercios de los pacientes experimentaron dificultades educativas y/o sociales. Los pacientes con participación limitada se asociaron con mayor frecuencia a factores ambientales como bajo grado de educación materna, hermanos, idioma principal distinto del alemán, discrepancias entre los valores sociales y personales y actividad física irregular, así como a los factores de riesgo patobiológicos tipo de tratamiento, hidrocefalia, recaída tumoral, mutismo cerebeloso y convulsiones. Estas variables discriminaron significativamente entre pacientes con y sin participación limitada. La participación limitada en pacientes tratados por TFP pediátrica es frecuente. Junto a los factores de riesgo patobiológicos, también los ambientales desempeñan un papel importante en las barreras educativas y de participación social. Esto subraya el hecho de que considerar únicamente la patobiología no es suficiente a la hora de investigar los factores de riesgo para la aparición de secuelas tardías. Los futuros estudios etiológicos deben adoptar una perspectiva biopsicosocial. This study investigates the severeness of participation barriers in patients surviving paediatric posterior fossa tumours (PFT) many years after treatment. In the past, aetiological studies on adverse outcome have primarily focused on pathobiological risk factors. The current analysis aims to investigate the importance of environmental variables.On average, 10 years after diagnosis, the educational and social difficulties of 42 patients surviving paediatric PFT (mean age 17 years) were inquired about using a self-constructed questionnaire following the Psychosocial Resource-Orientated Assessment (PREDI). Educational or social participation barriers were defined by self-and/or proxy-reported difficulties in school or in peer relationships. Accordingly, the children and adolescents were categorized into groups of adequate and limited participation. Subsequently, the study identified potential pathobiological (treatment type, hydrocephalus, tumour relapse, gender, age at diagnosis, seizures and cerebellar mutism) and environmental (parental and maternal education, siblings, main language, discrepancies between personal and environmental values, regular physical activity and private living space) risk factors and investigated whether patients with adequate and limited participation differed in the number of risk factors.Almost one decade after treatment, two-thirds of patients experienced educational and/or social difficulties. Patients with limited participation were more frequently associated with environmental factors such as low maternal education degree, siblings, a main language other than German, discrepancies between societal and personal values and irregular physical activity, as well as the pathobiological risk factors treatment type, hydrocephalus, tumour relapse, cerebellar mutism and seizures. These variables significantly discriminated between patients with and without limited participation. Limited participation in patients treated for paediatric PFT is common. Next to pathobiological, also environmental risk factors play a major role in educational and social participation barriers.This highlights the fact that solely considering pathobiology is not sufficient when investigating risk factors for the emergence of late sequelae. Future aetiological studies must adopt a biopsychosocial perspective.