Aproximadamente la mitad de los niños con cáncer son tratados con quimioterapia de tipo antraciclínico, como la doxorrubicina y la daunorrubicina. Estos fármacos han demostrado a menudo su eficacia, pero pueden causar graves efectos secundarios en forma de lesiones cardiacas. Esto puede reducir la capacidad de bombeo del corazón.

Investigaciones anteriores demostraron que el fármaco dexrazoxano puede prevenir o reducir los daños cardíacos. Esmée de Baat: «Sin embargo, existían dudas sobre la seguridad del dexrazoxano, especialmente en lo relativo al desarrollo de segundos tumores. Además, apenas existían aún directrices para el uso de este fármaco en niños».

Esta nueva directriz para niños es de gran importancia para mejorar el tratamiento de los niños con cáncer. Sin embargo, es necesario seguir investigando, entre otros, los siguientes temas: los efectos a largo plazo del dexrazoxano, los efectos a dosis más bajas de antraciclina y qué niños se benefician más del tratamiento con dexrazoxano.