Cáncer durante la adolescencia

La adolescencia: un torbellino de salidas nocturnas, autoexploración y el emblemático rito de paso a la edad adulta. Pero, ¿qué ocurre cuando algo tan abrumador como el cáncer salpica esta época ya de por sí turbulenta? Desenredemos juntos la maraña del cáncer de pubertad y encontremos el camino hacia la aceptación, la comprensión y la esperanza.

1. Un desvío, no un punto final

Lo primero es lo primero: un diagnóstico de cáncer no es el final de la adolescencia. Es un desvío, aunque desafiante. ¿Recuerdas la resistencia que demostraste cuando superaste ese examen imposible de matemáticas? ¿O cuando defendiste a un amigo? Ese mismo espíritu te guiará a través de esto.

2. La montaña rusa emocional: Está bien gritar

Conmoción, rabia, confusión: estas emociones son naturales. Está bien sentir una mezcla caótica de emociones. Desahóguese, ya sea escribiendo un diario, hablando con un amigo o gritándole a la almohada. Es terapéutico.

3. El lienzo cambiante: Abrazar tu nuevo yo

Los tratamientos contra el cáncer pueden provocar cambios físicos. La caída del cabello, las cicatrices o los cambios de peso pueden parecer intimidantes. Pero recuerda, estas son tus cicatrices de batalla, un testamento de tu fortaleza. Comparte tus sentimientos con los demás, participa en
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y recuerda que tu valía no está ligada a tu aspecto físico.

4. Mantente conectado: Tu escuadra importa

Aunque necesites tomarte un descanso de ciertas actividades, seguir conectado a tus amigos es esencial. Ya sean juegos en línea, chats de vídeo en grupo o simples mensajes de texto, estas conexiones proporcionan consuelo y normalidad.

5. Buscar una empresa experta

Aparte de los expertos médicos, considere la posibilidad de hablar con un consejero o terapeuta. Ofrecen estrategias para afrontar, curar y comprender sus emociones. Además, unirse a un grupo de apoyo puede ser inestimable. Saber que alguien de tu edad comprende exactamente cómo te sientes puede ser un alivio inmenso.

6. Aprender las cuerdas: El conocimiento como armadura

Saber más sobre su enfermedad puede proporcionarle una sensación de control. Haga preguntas a su médico, asista a talleres y sienta curiosidad. Cuanto más sabes, menos miedo te da.

7. Centrarse en el futuro: Los sueños no mueren

Sí, tienes cáncer. No importa el nombre que tenga: cáncer de piel, de colon u otro. Pero también tienes sueños, aspiraciones y metas. Ya sea la universidad, viajar o empezar un canal de TikTok, aférrate a esos sueños. Serán el faro que te guíe en las noches más oscuras.

El rebelde con causa

La pubertad con cáncer es como una pista con obstáculos. Cada salto te acerca más a la meta. Y aunque la carrera pueda parecer larga y agotadora, recuerda el equipo de animadores que hay al margen: la familia, los amigos y muchas otras personas que te apoyan para que ganes.


Si alguna vez te sientes abrumado, recuerda que hay toda una


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que te entienda, te apoye y esté contigo. Tiende la mano, comparte y ahuyentemos juntos las sombras.