«Los adolescentes y adultos jóvenes (AYA) diagnosticados de cáncer tienen necesidades psicosociales y médicas distintivas, en parte debido a su transición a través de hitos vitales significativos en el momento del diagnóstico (Gupta et al, 2013 citado en Mitchell et al, 2018). Una de las principales necesidades es en torno a la sexualidad, ya que la formación de una identidad sexual es una tarea de desarrollo clave para un adulto joven (YA) (D’Agostino, Penney, Zebrack, 2011 citado en, Mitchell at al., 2018). Dado que los YA sobrevivientes de cáncer pueden experimentar desafíos o insatisfacción en torno a las relaciones sexuales y la intimidad, es imperativo aumentar la atención de los profesionales de la salud (HCP) para la salud sexual de los AYA (Bolte & Zebrack, 2008 citado en, Mitchell et al., 2018).
Por otra parte, la incapacidad del HCP para acceder a la formación y los recursos relacionados con la salud sexual hace que sea extremadamente difícil para ellos abordar de manera óptima las necesidades de salud sexual de AYA, creando el riesgo de comprometer la calidad de vida de los pacientes durante el tratamiento del cáncer y la supervivencia.
Por ello, un grupo de profesionales de la oncología que expresaron preocupaciones similares en relación con la salud sexual de los adolescentes y los jóvenes, las necesidades y las lagunas en la prestación de atención en sus instituciones sanitarias, establecieron un grupo de trabajo multidisciplinar, se pusieron en contacto con colegas internacionales y decidieron celebrar un Simposio internacional sobre salud sexual de un día de duración en el Congreso mundial sobre cáncer para adolescentes y jóvenes (Edimburgo, diciembre de 2016). Los objetivos del simposio eran (1) proporcionar un foro, en el que expertos internacionales en AYA tuvieran la oportunidad de compartir sus conocimientos en relación con la salud sexual de los AYA y (2) desarrollar una directriz para que los profesionales sanitarios detectaran e intervinieran en problemas de salud sexual.
Los dos aspectos destacados que reunieron consenso son que no debe pasarse por alto la atención a la salud sexual en los AYA y que es necesario que el personal sanitario de los programas de oncología garantice que las conversaciones relativas a la salud sexual se incorporen al diálogo habitual de los pacientes.»
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