Los avances en el diagnóstico y tratamiento del cáncer infantil han aumentado significativamente las tasas de supervivencia, lo que ha dado lugar a una creciente población de supervivientes. Sin embargo, estos supervivientes a menudo se enfrentan a efectos tardíos somáticos y mentales del cáncer y el tratamiento, lo que repercute en su calidad de vida (CdV). Los estudios anteriores sobre la calidad de vida de los supervivientes de cáncer infantil, realizados principalmente en Norteamérica, arrojaron resultados contradictorios.
Para abordar esta cuestión, un estudio reciente realizado en Europa entre 2008 y 2022 evaluó la calidad de vida de los supervivientes que habían superado los cinco años tras el diagnóstico. Este análisis exhaustivo de 36 artículos en los que participaron 14.342 supervivientes reveló que la mayoría de los supervivientes informaron de una menor calidad de vida en comparación con sus compañeros. Factores como ser mujer, someterse a un trasplante de células madre hematopoyéticas y tener un diagnóstico de tumor cerebral se asociaron a una menor calidad de vida.
Con una población cada vez mayor de supervivientes de cáncer infantil, es crucial ofrecer intervenciones específicas y una atención de seguimiento óptima para mejorar su calidad de vida.
