El número de adolescentes y adultos jóvenes supervivientes de cáncer pediátrico está aumentando progresivamente como consecuencia de la mejora de las tasas de supervivencia global. Estos pacientes pueden tener problemas de salud relacionados con su enfermedad oncológica y el tratamiento recibido que limitan tanto su calidad de vida como su longevidad.

Este programa incluye el desarrollo de herramientas para identificar las complicaciones a largo plazo. Del mismo modo, se fijan y establecen procesos de diagnóstico precoz y su tratamiento específico. A lo anterior se suma un conjunto de acciones dirigidas a difundir, sensibilizar y educar sobre el cáncer infantil y sus consecuencias a largo plazo.

Uno de los objetivos de este programa es incluir y fomentar la participación de los supervivientes de cáncer en su propio seguimiento, ofreciéndoles el apoyo y los recursos necesarios para establecer hábitos de vida y comportamientos saludables que mejoren su calidad de vida.