«Este estudio descubrió que los supervivientes de cáncer infantil suelen experimentar cambios en su sentido del tacto y sensibilidad al dolor incluso años después del tratamiento. Más del 85% de los supervivientes presentaban alguna anomalía sensorial en comparación con la población general, la mayoría de ellos tenían una sensibilidad reducida al tacto y algunos también experimentaban un aumento de la sensibilidad al dolor.
Estos cambios pueden estar relacionados con la forma en que el tratamiento del cáncer afecta al sistema nervioso. Curiosamente, no todos los supervivientes eran conscientes de estas diferencias, lo que sugiere que podrían haberse adaptado a ellas con el tiempo.
El estudio también descubrió que los supervivientes de leucemia infantil eran más propensos a presentar cambios sensoriales, posiblemente debido a los tratamientos específicos que recibieron. Además, los niños que manifestaron más ansiedad y miedo al dolor también eran más sensibles al tacto y al dolor. Esto pone de relieve la importancia de controlar el dolor adecuadamente durante el tratamiento del cáncer y después de él.
Estos hallazgos aportan nueva información sobre los efectos a largo plazo de los tratamientos del cáncer infantil y la necesidad de una atención personalizada para los supervivientes. Comprender estos cambios sensoriales puede ayudar a los médicos a mantener mejores conversaciones con los pacientes sobre sus experiencias y mejorar su calidad de vida a largo plazo. Es necesario seguir investigando para comprender plenamente el impacto de la alteración de los sentidos en los supervivientes de cáncer infantil.»
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