Gracias a los avances en el tratamiento del cáncer, la tasa de supervivencia a cinco años después del cáncer infantil ha aumentado hasta el 80%. Por lo tanto, 1 de cada 500 adultos jóvenes será un sobreviviente. Las secuelas endocrinológicas son las más comunes, afectando al 40-60% de los sobrevivientes. Las secuelas más frecuentes incluyen el retraso en el crecimiento y enfermedades gonadales y tiroideas. Las secuelas ocurren con más frecuencia en sobrevivientes de tumores del sistema nervioso central, leucemia y linfoma.
Su desarrollo dependerá del tipo de cáncer, su ubicación, la edad al momento del diagnóstico y el tratamiento administrado. Los tratamientos asociados a más secuelas endocrinológicas son la radioterapia craneal y el trasplante de células hematopoyéticas. Debido a la alta prevalencia de secuelas endocrinológicas, las pautas internacionales recomiendan que los endocrinólogos evalúen prospectivamente a los sobrevivientes. Dado que algunos de estos cambios endocrinológicos no se desarrollarán hasta la vida adulta, se deben implementar programas de transición y se debe realizar una investigación activa para disminuir las consecuencias endocrinológicas del tratamiento del cáncer
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