Trastorno de ansiedad tras el diagnóstico de cáncerEste estudio investiga la frecuencia de los trastornos de ansiedad en personas que han sobrevivido a un cáncer después de su tratamiento, prestando atención a cuándo se producen en relación con el diagnóstico de cáncer y si se dan junto con trastornos del estado de ánimo. Los trastornos de ansiedad más comunes encontrados fueron el Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG), la Fobia Social (FS) y el Trastorno de Ansiedad Social (TAS). Lo interesante es que un número significativo de estos trastornos de ansiedad aparecieron después del diagnóstico de cáncer, lo que cuestiona la idea de que ya estuvieran presentes antes.

Muchos supervivientes de cáncer creían que sus síntomas de ansiedad se debían a su experiencia con el cáncer. Por ejemplo, el TAE se producía a menudo cuando se sentían diferentes en su aspecto, en lo que pensaban de sí mismos o en cómo interactuaban con los demás debido al cáncer. Por otro lado, el TAG se producía a menudo porque les preocupaban los cambios en su salud y se sentían más vulnerables debido al cáncer.

El estudio también descubrió que, de media, los participantes tenían 58 años, una edad muy superior a la de inicio de los trastornos de ansiedad en la población general. Esto sugiere que la experiencia del cáncer podría provocar la aparición de trastornos de ansiedad más tarde en la vida, lo que demuestra que los supervivientes de cáncer de más edad necesitan apoyo en materia de salud mental.

Además, más de dos tercios de los supervivientes de cáncer que desarrollaron trastornos de ansiedad tras el diagnóstico de cáncer nunca antes habían padecido trastornos de ansiedad, lo que significa que la experiencia del cáncer puede hacer que las personas sean más propensas a padecer trastornos de ansiedad por primera vez.

El estudio también identificó algunos factores que aumentaban la probabilidad de desarrollar un trastorno de ansiedad tras el diagnóstico de cáncer, como tener más efectos secundarios del tratamiento, padecer un cáncer más avanzado y recibir radioterapia. Esto demuestra que los profesionales sanitarios deben detectar síntomas de ansiedad en los pacientes con cáncer, sobre todo si presentan efectos secundarios relacionados con el tratamiento.

En conclusión, esta investigación nos proporciona información importante sobre la frecuencia de los trastornos de ansiedad en los supervivientes de cáncer, cuándo se producen y qué puede aumentar la probabilidad de que aparezcan. Pone de relieve la necesidad de que los supervivientes de cáncer reciban apoyo en materia de salud mental.