Visión general

Los inhibidores del VEGF son una clase de fármacos diseñados para bloquear la actividad del factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF), una proteína de señalización que estimula la formación de vasos sanguíneos. Este proceso, conocido como angiogénesis, es crucial para las funciones corporales normales, pero también puede contribuir a la progresión de enfermedades como el cáncer y la degeneración macular asociada a la edad (DMAE). Al inhibir el VEGF, estos medicamentos ayudan a ralentizar o detener el crecimiento de vasos sanguíneos anormales.

Información clave

El VEGF se identificó por primera vez en la década de 1980, y su papel en la angiogénesis lo ha convertido en un objetivo de intervención terapéutica. Los inhibidores del VEGF pueden ser anticuerpos monoclonales, como el bevacizumab (Avastin), o inhibidores de la tirosina quinasa de molécula pequeña, como el sunitinib (Sutent). Estos fármacos se administran por diversas vías, como la infusión intravenosa y los comprimidos orales, según el medicamento específico y la enfermedad que se esté tratando.

Importancia clínica

Los inhibidores del VEGF han transformado el panorama del tratamiento de varios tipos de cáncer, como el colorrectal, el de pulmón y el carcinoma de células renales, al privar a los tumores del riego sanguíneo que necesitan para crecer. En oftalmología, los inhibidores del VEGF como el ranibizumab (Lucentis) han mejorado significativamente el tratamiento de la DMAE, la retinopatía diabética y otros trastornos de la retina, al prevenir la pérdida de visión.

Tratamiento y gestión

En la terapia del cáncer, los inhibidores del VEGF se utilizan a menudo en combinación con la quimioterapia u otras terapias dirigidas para aumentar la eficacia del tratamiento. En las enfermedades oculares, estos fármacos suelen administrarse mediante inyecciones intravítreas a intervalos regulares para mantener sus efectos terapéuticos. Los pacientes que reciben inhibidores del VEGF requieren un seguimiento cuidadoso para detectar efectos secundarios como hipertensión, hemorragias y alteraciones en la cicatrización de heridas.

Recursos para pacientes

Los pacientes pueden acceder a diversos recursos de apoyo y educación, como grupos de defensa del paciente, sitios web informativos y servicios de asesoramiento. Organizaciones como la Sociedad Americana del Cáncer y la Asociación de Degeneración Macular proporcionan información valiosa sobre opciones de tratamiento, efectos secundarios y estrategias de afrontamiento.

Preguntas frecuentes

  • ¿Qué enfermedades se tratan con inhibidores del VEGF?

Los inhibidores del VEGF se utilizan principalmente para tratar ciertos cánceres y enfermedades oculares como la degeneración macular asociada a la edad y la retinopatía diabética.

  • ¿Cómo actúan los inhibidores del VEGF?

Bloquean la acción del VEGF, impidiendo el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos que suministran nutrientes a los tumores o causan problemas de visión.

  • ¿Cuáles son los efectos secundarios habituales de los inhibidores del VEGF?

Los efectos secundarios más frecuentes son hipertensión, hemorragias y retraso en la cicatrización de las heridas. Los pacientes deben ser vigilados de cerca por su profesional sanitario.